Hace algunos meses saltó la noticia de
un nuevo endurecimiento del Código Penal, dirigido principalmente a
los supuestos de altercados durante concentraciones o
manifestaciones. Dentro de las regulaciones que se acabaron
incluyendo, están la penalización de la resistencia pasiva y la
convocatoria de manifestaciones por Internet, que acabaran en hechos
violentos. La noticia fue ampliamente cubierta por varios medios de
comunicación, entre ellos 20
minutos.
Fuente: Multimediática. |
Es llamativo el seguimiento que se va a
empezar a hacer de las convocatorias de eventos a través de Internet
y redes sociales. Las personas que organicen cualquier evento público
que acabe en violencia, serán considerados pertenecientes a
“organización criminal”. Esta nueva vuelta de tuerca supone un
precedente en la legislación sobre este tipo de hechos. Sin embargo
surgen varias dudas: ¿se va a hacer un seguimiento de las personas o
colectivos que convocan concentraciones? ¿se van a excluir los
supuestos en los que las personas que participen en los hechos
delictivos no sean los convocantes o pagarán culpas de igual forma?
¿es el reconocimiento público de que se expían ciertos movimientos
en las redes sociales? ¿supone una constricción al derecho de
reunión, recogido en el artículo 21 de la Constitución Española y
de libertad de expresión?
Son muchas preguntas que el Ministro
del Interior, Jorge Fernández Díaz, no ha sido capaz de aclarar del
todo. Por lo tanto, no es fácil conocer a ciencia cierta si el
Gobierno pretende evitar los altercados o directamente criminalizar
la protesta social, como
así afirman varios colectivos y activistas.
Si hacemos un balance de la historia de
Internet, nos damos cuenta de la impunidad de la que ha disfrutado.
Por lo general siempre ha sido un espacio abierto, donde el
tradicional receptor también se convierte en emisor y es asimismo
también creador de opinión, en el radio donde sea capaz de influir.
Eso es aprovechado por muchos colectivos políticos y sociales para
darse a conocer y contactar con su potencial target. Ante la
situación de crisis económica, la red es vocero de lo que los
medios tradicionales callan en muchas ocasiones, propiciando el
movimiento 15-M, concentraciones improvisadas o difundiendo
información contraria a los intereses del Gobierno estatal.
No es de
muy avezado afirmar que todo este movimiento contrario a las
decisiones políticas y financieras, están generando una creciente
movilización social que está invadiendo las calles del Estado
español. ¿Podrá el Ministerio del Interior generar miedo con estas
y otras medidas y se irá diluyendo la protesta social? ¿llega tarde
y ya buena parte de la población es consciente de algunas supuestas
injusticias actuales? ¿se retrata el equipo de Rajoy al intentar
coartar las libertades de los seres humanos, en pleno siglo XXI?
Cuestiones para reflexionar y darnos cuenta del tremendo impacto que
están alcanzando las nuevas tecnologías de la comunicación en la
vida política. Desde luego, no parece contentar a los gobiernos,
cómodos en su anterior papel de sustentar medios públicos y
subvencionar a los privados.
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