lunes, 24 de enero de 2011

Reflexiones en torno a la comunicación mediática

Los medios de comunicación de masas y la posterior aparición de numerosos medios de comunicación gracias a la revolución tecnológica, ha convertido nuestras vidas. La información al detalle y a cada hora, gracias a la existencia de cuatro medios esenciales, radio, televisión, prensa escrita e Internet, ha cambiado la concepción de nuestro mundo en muchas vertientes. Pero no sólo afecta al campo de la información, sino que abarca muchos otros campos, desde los culturales, educativos o ideológicos, hasta las mismas relaciones personales y la concepción de nuestro mundo.

En primer lugar, a nivel geográfico. Yo soy canario y resido en la isla de Gran Canaria. Para mis antepasados, no tan lejanos, la realidad se reducía a lo que vivían cotidianamente y a lo que escuchaban en la radio. Por nuestra innegable geografía al noroeste de África, muchas veces se sintonizaban emisoras marroquíes y era dificultoso coger RNE (Radio Nacional de España) o cualquier otra radio española. Al no entender las emisiones marroquíes su mundo estaba aislado a lo que vivían diariamente y alguna que otra noticia que llegaba de boca a boca. Para más inri, mis antepasados provienen de la cumbre de Gran Canaria y la ciudad que tenían más cercana, Gáldar, estaba a más de 20 kilómetros. Además el analfabetismo era reinante en el campo canario, con lo que no era posible leer los pocos diarios que existían en la isla y que llegaban a sus manos.

Mi generación es completamente distinta. Nuestra realidad se ha ampliado, tanto a nivel local, como a nivel internacional. La diáspora isleña hacia Venezuela y Cuba principalmente, en las generaciones anteriores, ha encontrado en el boom de la comunicación, un punto que ha acortado la distancia para muchas familias. Además podemos ser partícipes y conocer realidades de muchas partes del mundo, desde la información del Estado, hasta el golpe de Estado en Honduras, pasando por las guerras de Próximo Oriente, siempre sin olvidar lo noticioso a nivel canario e incluso municipal.

Gracias también a la comunicación mediática, podemos conocer otras culturas aunque no hayamos viajado a dichos lugares. Un ser humano que vive en el siglo XXI, sabe situar perfectamente a casi todos los habitantes a nivel mundial, dentro de una cultura y conoce los lugares por donde se mueven dichos ciudadanos. En este caso, me gustaría utilizar el ejemplo de la India, que siempre se ha definido como Extremo Oriente y se mira como el lugar más alejado, desde una visión occidentalizada de la realidad. Primeramente decir que en Gran Canaria conocemos de primera mano a la población hindú y sus costumbres, ya que el Puerto de La Luz ha sido siempre una vía de entrada de un gran contingente poblacional extranjero. Además Las Palmas de Gran Canaria es, pese a su pequeño tamaño, una de las ciudades más cosmopolitas del mundo, donde viven muchas culturas distintas en paz. Sin embargo, los medios de comunicación nos ayudan a entender su cultura y sus formas de vida, ya que los que viven en nuestra ciudad, están muchos de ellos “canarizados” en sus modos de vida. Aparte de esto, nosotros sabremos ponerles lugar natural a estos hindúes, pues seguro hayamos visto un documental o reportaje sobre Calcuta o alguna otra ciudad de la India.

Poniendo otro ejemplo radicalmente opuesto, pero en la misma sintonía, la globalización capitalista y el prestigio de las series y películas norteamericanas, nos hacen copiar formas de vida de los Estados Unidos. La mayoría no conocemos ningún lugar de Estados Unidos, sin embargo tenemos en nuestro subconsciente, el retrato de ciudades famosas como Nueva York. Nos imaginamos a una familia abrigada en Navidad, de compras y comiendo una hamburguesa, paseando por la ciudad de los rascacielos. Esto también puede crear tópicos y generalidades siempre peligrosas.

También este boom comunicativo permite las relaciones personales a corta, media y larga distancia. Si las barreras del idioma lo permiten, un ciudadano del siglo XXI puede hablar asiduamente, con alguien que viva en el barrio de al lado, con otro que resida en la otra punta del país y con un último que se encuentre en la otra punta del mundo. Ha acortado mucho las distancias personales y es posible entablar amistades con la tecnología como mediadora, aunque resulte chocante y bastante más lento, dada la despersonalización y la inhibición que lleva consigo dicha tecnología.

A nivel de consumo tanto alimenticio, como artístico o cultural, la globalización de los medios de comunicación ha producido un impacto en nuestras formas de vida. Hoy en día un japonés puede ver por un coste muy bajo una película europea y adquirir sus modos de vida e incluso su alimentación. A la misma vez, un francés puede consumir las películas japonesas de anime y comer sushi cada vez que le apetezca, pero a la vez ver series americanas y comer comida turca. Esto no es un hecho puramente comunicativo, pero desde luego está dado por la comunicación mediática.

Finalmente, hablar de la revolución educativa que se ha generado gracias a la comunicación mediática. El mero hecho de estudiar desde Canarias en una Universidad de Madrid, como yo lo hago, es propiciado por la globalización de la comunicación.

Por lo tanto, la influencia de los medios de comunicación ha dejado de ser sólo a nivel informativo o de opinión, para abarcar un campo mucho más amplio. Hoy en día no seríamos capaces de vivir sin esta revolución comunicativa, pues nos sentiríamos aislados y desinformados. Quizá habría que reflexionar si dicha revolución comunicativa, no está empezando a convertirse en dependencia comunicativa.


Teorías de la Comunicación, 1º, 2009.

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