El cometido del siguiente
análisis, será analizar la importancia del Decreto de Unificación para el
desarrollo final de los acontecimientos en la Guerra Civil Española y valorar
el tratamiento del periódico ABC, que queda en algunos lugares en zona
republicana y en otros en zona nacional.
La importancia del Decreto de Unificación
El 19 de abril de 1937, se firma
en Salamanca el “Decreto de Unificación”,
que viene a ser la unión en un solo partido de todas las facciones del bando
franquista. Este partido será FET de las JONS (Falange Española Tradicionalista
de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista). A su vez, se abolen todos los
partidos y se castigan a los disidentes, para así aglutinar bajo estas únicas
siglas a todo el movimiento. El principal contingente de disidencia vino por el
lado carlista. Tanto es así que Fal Conde fue desterrado.
Mientras en la zona republicana
se debatían múltiples corrientes ideológicas y de formas de actuación, lo cual
provocaba incluso guerras internas, en la zona nacional toda esa oposición (en
cualquiera de los casos mucho menor) se acaba con este Decreto de Unificación.
Por lo tanto, los nacionales consiguen lo que el gobierno republicano no
consigue y eso fue uno de los factores decisivos para la victoria final en la
guerra.
“Un partido que nace muerto”
En estos términos se expresa el
ABC de Madrid que como bien sabemos, se encontraba en zona republicana. Resalta
el carácter autoritario del nuevo partido, en el cual Franco se erige como jefe
supremo y prohíbe el resto de formaciones.
Según este escrito, los grandes
perdedores son los monárquicos que definitivamente se quedan sin representación
dentro de este partido. Con la visión que nos da los años transcurridos y los
hechos acaecidos, vemos como este revés, se subsana con el nombramiento de Juan
Carlos de Borbón como su heredero.
Asimismo, se asegura que en la
zona republicana no se censura ninguna ideología política, algo que no es del
todo cierto. Como bien se muestra en la película de Ken Loach “Tierra y libertad”, los anarquistas y los comunistas no
estalinistas, estaban expuestos a cierto rechazo de las Brigadas
Internacionales llevadas a cabo por la URSS y del mismo gobierno republicano.
Una y otra vez se repite el
fracaso de Francisco Franco como militar y habla de una segura victoria republicana
en la guerra. Hay que tener cuenta que en el contexto de una guerra, los medios
de comunicación afines intentan mantener alta la moral de los combatientes.
Alabanzas a Franco
El ABC de Sevilla en cambio, se
deshace en elogios a la acción llevada a cabo por el jefe del bando nacional,
como fiel elemento propagandístico de la sublevación. Afirma que “no habrá español comprometido con la
gloriosa cruzada, que no aplauda la decisión de Franco”.
El desarrollo de la noticia es un
alegato del franquismo en puertas: se habla de Cruzada, de glorioso alzamiento
o de los caídos con honor por España. Por otro lado, señala tajantemente que
esta unificación será la que posibilitará la adhesión del pueblo al Estado.
Seguidamente, reproduce la
declaración de Salamanca del 19 de abril de 1937, acompañando la información de
actualidad con las efemérides que se conmemoran en la misma fecha. Esto es un
rasgo claro del afán del periódico de otorgarle la solera de hecho histórico.
Muy ilustrativo también es que las efemérides del día, se refieren a la época
de la República, dándoles a todos un tono de inestabilidad social. Pese a que
esto no deja de ser verdad, también es evidente la intención del ABC sevillano
de justificar el golpe en el desastre que supuso la República.
Un mismo periódico, dos visiones distintas
La toma de Andalucía por parte de
los nacionales supuso un cambio radical en todo lo que se había establecido
desde el inicio de la IIª República en 1931. A esto no podía quedar impasible
la prensa, elemento propagandístico que los nacionales utilizaron desde el
primer momento, como lo demuestra el mensaje de Queipo de Llano en
Radio Sevilla.
El ABC de Madrid, que todavía en
esa fecha pertenecía al gobierno republicano, usaba de igual forma la táctica
de mantener alta la moral de las tropas ante la guerra. Por eso la visión que
intenta dar es la de menospreciar el hecho de la unificación de las fuerzas
conservadoras, mientras el bando republicano no consigue limar sus diferencias,
lo cual no le deja avanzar.
El exceso de fervor del ABC de
Sevilla y la forma de ignorar la disidencia interior sobre todo carlista,
también nos pone sobre la pista de una opinión interesada. Lo que exalta y lo
que esconde esta edición del ABC, es proporcionalmente parecido pero al
contrario, a lo que sucede en el ABC republicano de Madrid.
En conclusión, la polarización de
la prensa es el reflejo de una época de visceralidades políticas, también
palpable en las calles. Además si a esto añadimos el contexto de guerra,
alentado por la situación internacional de preguerra, podemos asegurar que la
prensa no es más que fiel vocero de todas esas sensibilidades.
Historia de la España Actual, 3º, 2011.
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