lunes, 31 de octubre de 2011

Pablo Hasél y la espiral del silencio

Para analizar el concepto expuesto por Elisabeth Noelle-Neumann, llamado la espiral del silencio, me he propuesto analizar el caso del rapero Pablo Hasél, detenido el pasado 4 de octubre de 2011, por supuesto enaltecimiento del terrorismo.

Tratamiento de los hechos
Pablo Hasél era un cantante casi desconocido por el común de la sociedad hasta que llegó su detención. Desde que lo detienen, se producen múltiples reacciones en la opinión pública y en los medios de comunicación.

Por destacar algunas de las reacciones contrarias o no favorables públicamente a esta detención, Kaos en la red se expresa en términos de pisoteo de la libertad de expresión, La República destaca el atropello sufrido por el cantante, La Tercera Información habla de las redes de apoyo creadas en distintos portales de Internet o Swagga se centra en la revolución producida por este hecho en Twitter. Un artículo interesante de analizar es de Millares en su blog, que deja frases como esta: “Mi respuesta al dilema de dónde poner el límite a la libertad de expresión es no ponerlo. Ninguno. Ahora los hay, lo sé, y los acato, creo. Pero quiero que desaparezcan”. Libre Red, también muestra los pensamientos de Hasél en una entrevista en Kaos en la Red, La Voz libre cita el apoyo de Twitter y el rapero El Chojin y finalmente Radio Nacional de Venezuela, asegura que es una “detención ilegal”.

Pero la gran parte de los medios son favorables y justifican la detención del cantante catalán. Libertad Digital, cita en el título de la información una frase de una de las canciones de Hasél, como justificación de su detención. El Diario Crítico aplaude abiertamente la medida tomada, basándose en su apoyo a ETA. Público, El Mundo, Europa Press, El Periódico, La Vanguardia, Qué, El País, La Razón o República de las ideas, muestran en sus primeras informaciones sobre Hasél, un aval a los motivos esgrimidos por la justicia.
Con el paso de los días, la cosa se va calentando. Kaos en la red habla al día siguiente de “un secuestro al más puro FBI”. En lo más radical del otro bando, La Gaceta de Intereconomía titula: “El rapero que brinda “cuando ETA le vuela la nuca a un pepero”, queda en libertad”. La noticia incluye todas las ideas de Hasél expuestas en su música, con un afán criminalizador. De igual manera, Telecinco en su página de informativos se expresa en términos parecidos.

Siguiendo con el tratamiento informativo de esta detención, La información afirma que el PP ve una amenaza en las letras del catalán. La Sexta Noticias aseguró en sus informativos que al rapero “le había tocado la lotería” en relación con la promoción encubierta que estaba recibiendo. Pilar Rahola en un artículo de opinión para La Vanguardia, critica duramente el alarde que hace el joven rapero.

Esto es solo una pequeña parte de la forma en la que se ha expresado la prensa. La conclusión a la que podemos llegar es que, mientras los grandes medios aplauden la decisión de detener al rapero Pablo Hasél, Internet y algunos pequeños medios abre la puerta a una dualidad confusa: por un lado el apoyo al artista y a la libertad de expresión y en otros casos, la condena más absoluta de su música y su pensamiento. Pero lo que nos interesa es la influencia de los mass media, pues aunque cada vez hay más acceso a información alternativa, los grandes medios siguen teniendo las mayores cotas de influencia sobre la opinión pública.

¿En qué se concreta la espiral del silencio?
Según la concepción de Noelle-Neumann, la espiral del silencio es la actitud que toma un ser humano para sentirse socialmente aceptado y no ser apartado de la opinión pública. Como afirmaba en el párrafo anterior, en este caso los medios de comunicación de masas apostaban por ser favorables a la detención de Pablo Hasél y lo argumentaban con frases de sus canciones más famosas, donde expone su ideología.

En este trabajo no me dispongo a hacer un análisis de esta detención, sino a explicar cómo se materializa el concepto de la espiral del silencio en la opinión pública. En este caso la actitud más cómoda es seguir la corriente que los medios de comunicación influyen, que es el de condenar la música y la libertad de expresión de este rapero catalán, aludiendo a su enaltecimiento de la violencia.

En la noticia de 20 minutos sobre este hecho, he rescatado algunos comentarios para analizarlos:

“luisma
Vete a un asesinado por el GRAPO y diles lo mismo.
Una cosa es libertad de expresión, y otra decir lo que se dice.
¿Estarias deacuerdo con letras de apología al racismo, al exterminio humano y demás “barbaridades” como tu dices?
Por favor…”

Esta postura es la que utiliza los argumentos de la prensa más combativa contra Pablo Hasél. Juega con el factor más sentimental para justificar la detención y así criminalizar sus letras.

“moe
Es completamente desproporcionado pero el rapero falla completamente ya que no se puede condenar violencia con más violencia. Es un error gravísimo y él lo hace. Se convierte en lo que critica, él todos los que defienden las armas como método de lucha”

De esta opinión se desprende algo más de raciocinio propio y menos seguidismo a la prensa. El usuario que comenta como “moe”, considera desmedida la detención, pero la justifica por la llamada a la violencia de Hasél. En este pensamiento se podría instalar la espiral del silencio, pues igual esta persona considera condenable la detención del rapero, pero tiene que maquillarla para ser socialmente aceptado por la opinión pública.

“Bah
Efecto Streissand: Una canción que solo hubieran conocido unos pocos miles de frikis, ahora va a ser conocida por varios millones de personas. Un mensaje del que ni Cristo se hubiera enterado ahora se va a debatir durante días en múltiples medios.
Vamos, unos lumbreras estos de la Audiencia Nacional. En su línea, vamos.
Eso si, al rapero esta jugada le saldrá redonda: en cuanto lo suelten (cosa que harán en breve) habrá conseguido una publicidad gratuita que ni en sus noches más húmedas hubiera soñado.
Insisto: unos lumbreras los de la Audiencia Nacional….”

Aquí se ve parafraseado el punto de vista expuesto por La Sexta, por lo que hay muy poco de pensamiento propio. Sin embargo, incorpora el hecho de criticar a la Audiencia Nacional.

En conclusión
Todo este dossier lleno de informaciones y comentarios de usuarios de ediciones digitales, intenta dar argumentos para creer que en este caso se puede dar la espiral del silencio. Lo socialmente aceptable y dirigido por los medios de comunicación es aplaudir la decisión de la Audiencia Nacional de detener a este “rapero peligroso”. El que salga de este pensamiento está condenado al enfrentamiento con la “razón” de la opinión pública, obligado a maquillar su pensamiento o a callar directamente.

Es destacable también, que aunque en la red se ha visualizado un cierto apoyo a la libertad de expresión de Pablo Hasél, podemos concluir que esas opiniones no llegan lo suficientemente nítidas al raciocinio del ciudadano, que en caso de que reciba esas ideas, estará advertido de su falsedad o fanatismo. La mediación de los medios de masas se suele dar con más virulencia para los seres humanos que viven en sociedad que los pequeños medios, a pesar de que se encuentren en un medio con tanta difusión y tan diverso, como es Internet.

La espiral del silencio es un síndrome que ataca directamente la diversidad de opiniones, en una comunidad de pensamientos, realidades y formas de expresión. Afirmar que la opinión pública, apoyada en los medios de comunicación de masas, genera un pensamiento prácticamente único, sin cabida de demasiados tonos de grises, no es sino hacer un análisis exhaustivo del funcionamiento de las opiniones socialmente aceptadas.

Opinión pública, 2011, 3º

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